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MIKE HARVEY

El microchip, ahora en cualquier casa y oficina, en aparatos de cocina hasta computadores, tarjetas de crédito hasta semáforos y autos a celulares, cumplió 50 años ayer.

El primer microchip, o circuito integrado, fue develado en Texas Instruments por uno de sus más nuevos empleados, Jack Kilby, en 1958.

Pegó en una placa de vidrio una tira de germanio con un transistor y otros componentes. Un gran cambio luego del predominio de casi medio siglo de los tubos al vacío y la reciente aparición de los transistores (1947) al alero de Bell Labs. Sólo que hasta la llegada del chip no había forma de interconectar varios de ellos.

Sin vacaciones

En julio de ese año, Kilby no pudo salir de vacaciones porque recién había entrado a la empresa y tenía por delante dos semanas en casi completa soledad.

Así es que utilizó su tiempo tratando de resolver cómo conectar entre ellos un gran número de componentes electrónicos y fabricar circuitos a bajo costo y de forma eficiente.

Y, ¡bingo!: los semiconductores eran la respuesta.

Se dio cuenta de que todas esas piezas podían ser hechas de un material semiconductor (en el primer chip fue de germanio, hoy es de silicio) y podían ser ensamblados como un circuito completo, no por partes.

Su imperfecto dispositivo, que tenía las uniones desprolijas a la vista y que medía 11,5 mm por 11,5 mm, revolucionó la electrónica y al mundo entero.

Kilby conectó el chip a un osciloscopio. En una pantalla apareció el pulso de una curva; una nueva era nació.

El microchip virtualmente creó la industria computacional moderna; es más, internet habría sido inconcebible sin él.

Las comunicaciones modernas, el transporte, la medicina y el comercio, todos ellos están basados en el extraordinario poder de procesamiento del chip.

No estaba solo

Al mismo tiempo, Robert Noyce, ingeniero de la empresa Fairchild Semiconductor, estaba trabajando en un circuito integrado de silicio.

Pero Kilby y Texas Instruments se le adelantaron y plantaron la petición de patente antes. Noyce llegó seis semanas tarde. Finalmente, el chip de germanio ganó.

Noyce y su empresa no claudicaron e interpusieron una demanda. Finalmente la justicia lo favoreció, y él fundó Intel junto con Gordon Moore.

Kilby ganó el premio Nobel de Física en 2000. Noyce había muerto 10 años antes, y como el Nobel no se entrega póstumamente sólo le valió una mención como co-inventor en la página web del premio.

Jim Tully, jefe de investigación de la empresa de análisis tecnológico de Gartner, dijo: «Los circuitos integrados están tan entrelazados en nuestras vidas que sería difícil imaginar un mundo sin ellos. Son el motor de la era de la información».

Aumento sin freno

Este año, la industria de los semiconductores fabricará más de 267 mil millones de circuitos integrados. Gartner vaticina que ese número crecerá a 330 mil millones en 2012.

Con el paso de los años, los microchips se han hecho cada vez más pequeños, pero la real revolución ha sido la cantidad de transistores que se pueden poner ahora en un chip.

Un transistor es un mínimo interruptor del código binario, entre los ceros y unos sobre los cuales la computación se erige.

A fines de los 60, los chips tenían cientos de transistores y ya en los 80, cientos de miles. Intel, líder mundial en fabricación de chips, lanzó este año un microprocesador, Tukwila, que tiene más de dos mil millones de microscópicos transistores.

La clave en el éxito de los chips es que su costo de producción se ha mantenido bajo.

Es que todos sus componentes son fabricados al instante como una sola unidad.

Al mismo tiempo, su desempeño sigue alto porque sus partes evolucionan rápido y necesitan poca energía.

La complejidad de los microchips constantemente ha seguido la fórmula inventada por Gordon Moore en 1965, el presidente de Intel, quien asegura que ella se duplica cada dos años. La ley de Moore, que predice también que la velocidad de los procesadores se duplica cada 18 meses, parece no desistir.

> Junto a Barbie y a parlantes

Mientras el chip veía la luz, nacía Barbie, la estilizada muñeca de Mattel. El mismo año aparecieron los misiles balísticos intercontinentales y la bomba de neutrones, capaz de destruir todo lo vivo y dejar los edificios en pie. La NASA comenzaba a operar, y los cohetes a volar. El Sputnik ruso orbitaba la Tierra. La francesa Cabasse vendía el primer parlante con amplificador, y Ampex el primer grabador de video a color (la TV a color sólo tenía 4 años). Aún no aparecía el primer videojuego y el velcro cumplía 10 años. Y en nuestro país se realizaba la primera transmisión televisiva